
Todos son buenas noticias en el Racing de Santander. Al final Miguel Ángel Portugal no tendrá que ver desde la grada del Calderón el primer asalto de la semifinal copera por una protesta de tono subido que no se corresponde con las proverbiales buenas maneras del técnico. Pero es que a su pupilo más famoso, al niño Canales, le pitaron una falta dudosa cuando se iba derecho hacia la portería a por los tres puntos de Getafe, que ya hubieran sido la guinda de este prodigioso mes de enero.
La sanción a Portugal debe ser un problema menor para un equipo tan crecido que hasta los suplentes juegan de memoria. Ayer, otra vuelta de tuerca respecto a Gijón para reservar titulares: Colsa, Munitis y Torrejón viendo el partido en la 'tele' en casa, Crespo en el lateral izquierdo (no estuvo mal, debe ser que la necesidad aguza el ingenio) y Sergio en el banquillo. Al final, un valioso empate a cero que mantiene al Racing invicto este año y con menos apuros de lo que sugieren los 15 córners y el más del 60 por ciento de posesión del Getafe, con sus mejores galas de medio campo hacia adelante: Casquero, Manu del Moral, Albín, Pedro León y Soldado, unos con llegada, otros con definición en el área y el resto con mucho peligro por las bandas y gran velocidad de movimientos, justamente el principal problema para los defensas del Racing, ayer y otras tardes.
Por llegar tarde dos veces y por una inconsciencia imperdonable en un hombre tan veterano se fue Moratón a la calle con casi todo el segundo tiempo por delante. Ese déficit de velocidad provoca algún escalofrío cuando nos esperan dos citas decisivas con Forlán, Agüero y compañía. Pero quedémonos con la visión positiva: la concentración, la intensidad, el compromiso defensivo. Otro partido con la portería imbatida, con diez y esta vez ni una sola gran parada de Coltorti. Más moral para la Copa.
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