miércoles, 10 de febrero de 2010

En fútbol, dos más dos no siempre son cuatro


El fútbol, por encima de todo, es un juego, y, como tal, a veces se gana y a veces se pierde. Si tienes mejores jugadores que el contrario lo lógico es que tengas más posibilidades de ganar, pero todo eso es relativo.


Anoche el Sevilla selló su clasificación para la final de Copa del Rey. Está en la final única y exclusivamente porque metió un gol más que el Getafe en el cómputo de la eliminatoria. Pero la realidad dice que si el conjunto azulón hubiese estado acertado, en ambos partidos habría goleado con facilidad. Los de Míchel fueron mejores en todo durante los 180 minutos. Es más, el Sevilla sólo chutó entre los tres palos cinco veces en toda la eliminatoria. Palop volvió a vestirse de santo y paró absolutamente todo. Y cuando no llegaba ahí estaba el palo para tenderle una mano.


Siendo justos el Getafe debería estar en la final. Siendo justos el Sevilla ya debió quedar apeado en octavos, cuando el F. C. Barcelona realizó probablemente el mejor partido en lo que va de temporada, pero Palop, una vez más, hizo paradas de todos los colores.


Esta noche se disputa la otra semifinal. Un partido sin aparente historia, pues el Racing deberá remontar cuatro goles si quiere estar en la final. Claro que siendo justos los árbitros le deben 3 goles, los tres penaltis (dos no pitados y uno inexistente) de la semana anterior. Pero el fútbol nunca, o casi nunca es justo. Aunque si duerme el Atlético de Madrid que se prepare, pues como reza el título del post, en fútbol, dos más dos no siempre son cuatro.

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