
Tiempos navideños, tiempos de parón. Es momento de analizar los primeros tres meses de competición y solucionar los problemas, si es que los hay, para no fallar ahora que viene lo importante. Observando la trayectoria de los veinte equipos de primera división, llama y mucho la atención lo que acontece en el seno del Atlético de Madrid. Un equipo que rechazó cantidades estratosféricas el pasado verano por retener a sus principales activos (Kun Agüero y Forlán). Sin apenas ingresos por venta de jugadores, salvo la de Heitinga una vez superado el plazo de fichajes, el club tan sólo incorporó al guardameta Sergio Asenjo y al defensa Juanito. Una plantilla excesivamente corta para las exigencias actuales del fútbol de alto nivel.
A pesar de todo el equipo madrileño comenzó la campaña con una prometedora pretemporada, en la que ganó al Liverpool o al Arsenal entre otros, y venciendo con autoridad al Panathinaikos en la previa de la Liga de Campeones. Lo que nadie esperaba es que en la primera jornada de liga caería de forma aplastante en la Rosaleda de Málaga, frente a un equipo que ha concluido el primer tercio de competición en puestos de descenso. Sus dos máximas estrellas no han rendido a la altura que se espera de ellas, en parte debido a los largos viajes que tuvieron que afrontar para la clasificación de sus respectivas selecciones para el Mundial de Sudáfrica. Esta razón fue especialmente cruel con Diego Forlán, cuyo país, Uruguay, se vio obligado a disputar una eliminatoria de repesca ante Costa Rica y a doble partido, recorriendo en apenas 7 días más de 20.000 kilómetros. La consecuencia inmediata para el charrúa fue perderse el duelo ante Osasuna en el Reino de Navarra, donde sus compañeros salieron vapuleados de nuevo, otra vez por tres goles de diferencia.
A pesar de todo el equipo madrileño comenzó la campaña con una prometedora pretemporada, en la que ganó al Liverpool o al Arsenal entre otros, y venciendo con autoridad al Panathinaikos en la previa de la Liga de Campeones. Lo que nadie esperaba es que en la primera jornada de liga caería de forma aplastante en la Rosaleda de Málaga, frente a un equipo que ha concluido el primer tercio de competición en puestos de descenso. Sus dos máximas estrellas no han rendido a la altura que se espera de ellas, en parte debido a los largos viajes que tuvieron que afrontar para la clasificación de sus respectivas selecciones para el Mundial de Sudáfrica. Esta razón fue especialmente cruel con Diego Forlán, cuyo país, Uruguay, se vio obligado a disputar una eliminatoria de repesca ante Costa Rica y a doble partido, recorriendo en apenas 7 días más de 20.000 kilómetros. La consecuencia inmediata para el charrúa fue perderse el duelo ante Osasuna en el Reino de Navarra, donde sus compañeros salieron vapuleados de nuevo, otra vez por tres goles de diferencia.
Hoy los números hablan por sí solos. Transcurridas quince jornadas ligueras, el Atlético de Madrid ocupa la plaza decimoquinta con 14 puntos, a sólo 2 del descenso a la segunda división. Además acumula ya 7 derrotas y únicamente ha logrado vencer tres encuentros, frente a los dos últimos, Zaragoza y Xerez y frente al Espanyol de Barcelona. Por si fuera poco ha encajado la friolera de 27 tantos, solo superados por los tres equipos recién ascendidos, y eso que al Zaragoza le metió 6 el Barça y 6 el Madrid.
Con este panorama a nadie extraña que sean sus despachos los que más están trabajando estas Navidades, aunque de momento la única alta es la vuelta del delantero Pacheco, cedido en el Rayo Vallecano. Sin embargo, en el capítulo de bajas, Sinama Pongolle ha sido vendido al Sporting de Portugal, mientras que Maxi tiene todas las papeletas para ser cedido a Boca Juniors. Situaciones, estas últimas, que no hacen sino rebajar aún más una plantilla insuficiente. Algo huele mal a orillas del Manzanares...